Los vuelos se realizan normalmente a primeras horas de la mañana y no es un capricho eso de madrugar, sino que depende una vez más del calor. Tras el amanecer el sol comienza a calentar la atmósfera y el suelo, y a generar todo tipo de movimientos en el aire. Las primeras horas del día y las últimas de la tarde son los momentos más tranquilos en los que el viento suele ser más suave y constante. Además cuando el sol calienta el suelo, y todo lo que hay en él, el aire se eleva y se producen las corrientes térmicas. Esas corrientes de aire caliente que se elevan invisibles son las que permiten a los buitres volar sin apenas esfuerzo y que los parapentes emplean para mantener el vuelo, corrientes que deben evitarse volando en un globo aerostático.
La meteorología es muy importante en esta actividad, por ello estaremos en contacto los días previos a la actividad con tal de hacer un seguimiento de la previsión meteorológica. Si el día anterior al vuelo la previsión es muy mala cancelaremos el vuelo y buscaremos otra fecha. También puede ocurrir que la previsión sea buena y la misma mañana las condiciones no lo sean tanto como para poder volar; en este caso el piloto también puede decidir cancelar el vuelo y quedará aplazado para otro día. En ningún caso esto supondrá ningún coste de la actividad de vuelo para el cliente.
La temperatura durante el vuelo en globo es la misma que en el suelo, hay que ir vestido con la ropa habitual para la época y calzado cómodo. VERANO: recomendamos una gorra para proteger la cabeza del sol y del calor que desprende el quemador del globo (puede resultar molesto para los que sean más altos de la media habitual) y crema solar. INVIERNO: la temperatura a primera hora de la mañana en el suelo suele ser cerca de los 0º, en los Pirineos suele ser algún grado negativo hasta 10º bajo cero, en este caso recomendamos llevar una malla térmica bajo los pantalones, calcetines térmicos o dobles, abrigo, sombrero, guantes y bufanda.
Aconsejamos una edad mínima de 5 años para los niños y no ponemos edad máxima para las personas mayores. Es una actividad muy tranquila y segura.
Hay precios especiales para los niños entre 5 y 10 años.
Los globos aerostáticos no tienen control de dirección, es decir, iremos donde nos lleve el viento. Lo que sí podemos controlar es la altura y con eso jugaremos, buscando las corrientes de aire que más nos interesen. La altura máxima la determinaran la zona y los vientos en cada vuelo.
¡Claro que sí! Aunque no es una tarea obligada para los pasajeros esa labor será de agradecer pues cuantos más pasajeros lleva un globo más grande y pesado será, por lo que para recogerlo hará falta más esfuerzo. Ayudar a recoger el equipo es además un momento perfecto para tocar el globo y ver de qué está hecho, para preguntar todas aquellas dudas y curiosidades que han surgido durante el vuelo y para pasar un momento ameno con el equipo de vuelo y el resto de pasajeros antes del brindis y el bautismo aéreo.
Los quemadores de un globo aerostático están alimentados generalmente por propano (C3H8). En climas fríos o en los meses de invierno se mezcla el propano con nitrógeno, gas que no es inflamable ni combustible, ni emulsiona con el propano, pero que permite aumentar la presión de las botellas.
Tras los primeros experimentos de los hermanos Montgolfier en 1783, en los que se calentaba el aire mediante una hoguera, un sistema engorroso y poco práctico, los globos de aire caliente fueron desplazados por los de gas. El resurgir de los globos de aire caliente tuvo lugar en octubre de 1960 cuando Raven Indrusties le dio un buen empujón a la aerostación al fabricar el quemador de propano y utilizar nylon para la vela, lo que supondría el renacimiento de los globos de aire caliente.
Para pilotar un globo es necesario realizar un curso a través de una escuela autorizada y superar un examen práctico y uno teórico para obtener el título de piloto de aerostato. Esto va acompañado de un certificado médico de clase 2 en vigor. El piloto debe tener al menos 16 años para empezar su curso. El curso práctico consta de un mínimo de 16 horas de vuelo que deben incluir un mínimo de 8 vuelos. Una de esas horas, al menos, debe hacer en solitario, una vez alcanzada la habilidad suficiente. La parte teórica incluye: derecho aéreo, conocimiento general de las aeronaves, rendimiento y planificación del vuelo, actuaciones y limitaciones humanas, meteorología, navegación, procedimientos operacionales, y principios de vuelo. Todos los pilotos deben renovar anualmente su licencia demostrando una actividad en vuelo en el último año y con su certificado médico en vigor.
Los primeros aeronáutas de la historia fueron Jean-Francois Pilâtre de Roziers y el Marqués d´Arlandes, que tras su vuelo sobre París en 1783, celebraron el feliz acontecimiento brindando con champagne. Desde entonces, en cualquier parte del mundo donde se vuele en globo, se mantiene esa tradición ofreciendo un brindis a todos los pasajeros. En Cataluña hemos adaptado esa tradición sustituyendo el champagne francés por cava catalán.